Yo nunca escribí sobre Madrid porque no tengo palabras, pero si sé que vine hace muchos años, que en mí se unen la fuerza de la sierra que me vio nacer y que siempre llevo dentro, con el asfalto de esta gran urbe, y la verdad cada día me quiero mas (si, ya sé que no tengo abuela), bueno, las tuve, y a ninguna de las dos les faltó coraje.
Aquí conocí al hombre que me quiere y que me sufre, (estáis todos de acuerdo, no disimuléis), aunque también me disfruta, tanto como yo a él. Y aquí ya, eché raíces porque mis hijas son las más manchegas de las madrileñas. ¿Dónde mejor?.
Todavía resuena el eco de los gritos del “No pasarán”
Aprendí muchas cosas sin las cuales no me reconocería. Madrid y sus gentes me enseñaron a amar la libertad, la pluralidad, el respeto, la tolerancia y tuve la suerte de conocer a un madrileño de los de verdad, (aunque aquí eso tiene poco valor). Salvo horrorosas excepciones, nunca importó de donde vine.
Y para terminar y en mi línea quiero deciros que abajo las barreras y las fronteras y porque no, las banderas.
La más madrileña de las manchegas
Marijose, Pepa
1 comentario:
Queridísima Pepa: es un orgullo para Madrid, y para los madrileños, tener forasteros como tú. Y para los amigos, tener una amiga como la Pepa.Cuelgo unas cuantas fotos de mis rincones favoritos de Madrid un poco más arriba, en tu honor.
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